En el Valle del Cauca, la participación de las mujeres en la dirección de las empresas aumenta en la medida en que es menor el tamaño de su negocio. Según el Estudio Mujer y Empresa, elaborado por la Cámara de Comercio de Cali, el 20% de las grandes empresas está liderado por mujeres, mientras que en las microempresas el 43% está al mando de ellas.
El mismo informe señala que la presencia femenina es más común en los sectores de comercio y servicios. “Específicamente se destaca en las actividades de peluquería (71%), atención de personas mayores (71%), atención médica en casa (64%), actividades educativas y de comercio al por menor de prendas de vestir (60%)” por mencionar algunos de los de mayor participación.
Por esta percepción de sectores con perfil femenino que confirman diversos estudios, Jackeline Gordillo se la tuvo que luchar más duro en el mundo de la ingeniería en el que opera su empresa, JGH Proyectos y Servicios.
Pero ni los prejuicios ni las tendencias de su sector le impidieron emprender con ímpetu un camino en busca de sus sueños. Gracias a su confianza y autoestima, hace 10 años Jackeline no dudó en crear su propia empresa con el propósito de ofrecer servicios para montajes eléctricos y mecánicos. “Al principio me sentía presentando un examen en lugar de estar en una conversación con los ingenieros, pero los más de 15 años de experiencia que tenía en el trabajo, me sirvieron para ganar la credibilidad de los clientes”, dice ella.
Además de ganar credibilidad, su sensibilidad ha sido el arma más efectiva para fidelizar a su público objetivo. “Yo envío ramos de flores cuando alguno de mis clientes se va a casar o regalos como delantales de cocina marcados con sus nombres cuando son sus cumpleaños”; estos detalles resultan muy efectivos a la hora de generar recordación de la marca.
La estrategia de JGH con los clientes y con sus empleados para obtener la fidelización es darle prioridad a la dimensión humana. “Mi visión es que queremos gente feliz para que haga clientes felices. Es preocuparnos por ellos, por sus entornos, por sus familias, por su desarrollo profesional, por su carrera dentro de la empresa, eso hace la diferencia. Hace que sea una empresa donde la gente quiere trabajar con nosotros. Además de ser meticulosas y cuidadosas en todo lo que hacemos”, explica Gordillo.
Jackeline reconoce que ser empresaria no es fácil, pero es un reto que ha asumido y para ello se ha especializado en temas de mercadeo, recursos humanos y finanzas, para administrar adecuadamente su compañía.
Entre las dificultades a las que se ha enfrentado en este camino, con sus botas puestas y ropa de trabajo, se encuentra la displicencia con la que algunos ejecutivos le han puesto barreras para gestionar un crédito para impulsar el crecimiento de su empresa. Pero con una paciencia a toda prueba y con la perseverancia que la caracteriza, logró ganar la confianza de la gerente de una sucursal bancaria que le ayudó a obtener el crédito que apalancó su negocio.
Superando los desafíos
Como le ocurrió a Jackeline en su primer intento en la sucursal bancaria, una de las principales dificultades que tienen las empresas pertenecientes a mujeres es el acceso al crédito bancario, incluso en países desarrollados. En Colombia, la Banca de las Oportunidades reportó que en el tercer trimestre del 2021 el indicador de acceso a productos financieros fue de 92,9% para los hombres y del 86,6% para las mujeres. Y según un estudio realizado por el Centro de Conocimiento de Emprendimiento Femenino de Canadá, las mujeres son más propensas a autofinanciar sus negocios o a depender de subsidios o programas de gobiernos.
Cuando logran obtener préstamos, usualmente los montos son inferiores a los que consiguen las empresas administradas por hombres, quienes tienen cuatro veces más probabilidades de recibir financiación, acceso a capital de riesgo o inversionistas. Esta percepción la confirman las diversas investigaciones que ha realizado la Fundación WWB Colombia sobre las condiciones en que las mujeres desarrollan sus actividades emprendedoras.
Incluso con este panorama retador, gracias a su esfuerzo y el potencial y proyección de su empresa, Jackeline logró acceder a capital de financiamiento a través de Finaktiva, una de las entidades aliadas de la Cámara de Comercio de Cali que apoya a empresas con alto potencial de crecimiento, innovadoras, creadoras de impacto y transformadoras de industrias.
Historias como la de Jackeline Gordillo son un referente de la tenacidad y perseverancia de las empresarias del Valle del Cauca, que día a día se atreven a romper paradigmas y abrirse terreno en contextos desafiantes.
Es por esto que a lo largo del año, la Cámara de Comercio de Cali pone a disposición de las empresarias de la región diferentes espacios como el Capital Summit para conectarlas con posibilidades de acceso a financiamiento, programas como Foguéate para fortalecer sus habilidades a la hora de solicitar inversión, entre otras herramientas y acompañamiento clave para impulsarlas a detonar el crecimiento de sus negocios de manera integral.