El emprendimiento femenino en Colombia avanza con prisa y sin pausa. Cada vez más mujeres buscan desarrollar una actividad económica propia, ya sea para tener independencia financiera o para subsanar la falta de oportunidades laborales. Según el Global Entrepreneurship Monitor (GEM 2018/2019), por cada 10 hombres emprendedores hay 7 mujeres recorriendo el mismo camino en el país.
Esto puede tener una explicación en las motivaciones que las llevan a emprender, pues la mayoría lo hace más por necesidad pensando en un negocio que les dé para cubrir sus gastos del diario sin mayores proyecciones de crecimiento futuro.
También hay respuestas en el tipo de emprendimiento que eligen, con ocupaciones relacionadas con el cuidado de personas reforzando en el ámbito laboral el papel que tradicionalmente se les ha asignado a las mujeres en el terreno familiar y social.
De ahí que los sectores en los que más se involucran, según el estudio de la CCC, sean los de comercio y servicios, siendo las principales actividades económicas las peluquerías (71 % son lideradas por mujeres y el 39 % por hombres) y la atención a los mayores (71 %), seguidas por la atención médica en casa (64 %), actividades educativas, y comercio al por menor de prendas de vestir (60 %), por mencionar algunos.
Entre tanto, los hombres se dedican más a negocios relacionados con la construcción y comercialización de autopartes y de artículos de ferretería, así como en actividades de desarrollo de portales web, de carácter científico y técnico.
De acuerdo con el estudio mencionado, las mujeres emprendedoras son generadoras de empleo: ellas fueron responsables de la creación del 22 % de los puestos de trabajo en la ciudad en el 2019.
“Estas contribuciones al empleo, con enfoque especial en la microempresa, dan pistas para fortalecer las acciones orientadas a impulsar el emprendimiento femenino, como epicentro de oportunidades para hombres y otras mujeres”, dice el estudio en sus conclusiones.
Cabe mencionar que la pandemia afectó particularmente a las mujeres en el tema laboral y económico, precisamente por estar más dedicadas a los sectores económicos mencionados. Actividades como la hotelería y el turismo, la educación y los servicios de belleza, fueron los primeros en cerrar por efectos de la cuarentena obligatoria y también estuvieron entre los últimos en retomar plenamente las operaciones. Por eso, se duplicó la brecha de desempleo entre hombres y mujeres en el país.
El aporte de las mujeres como emprendedoras y generadoras de empleo, así como los retos a los que se enfrentan, se deben considerar para incluir en los programas empresariales un enfoque de género, sin que esto signifique el diseño de programas exclusivamente para mujeres, pues como se evidencia en este estudio, los temas de género deben ser apropiados por hombres y mujeres para generar así cambios estructurales, afirma como conclusión el documento.
Finalmente, vale la pena destacar que “la igualdad de género es un buen negocio”, como lo respaldan diferentes estudios, que afirman por ejemplo, que con esta paridad se pueden agregar US$ 12 billones a la economía global, (…) la diversidad de género en todos los niveles de la organización conduce a la mayor rentabilidad, productividad y eficiencia organizacional y el PIB de los países aumentaría en 12 % para el 2030”, de acuerdo con Pacto Global Colombia 2017 y la OCDE.